(ver óx. de hierro rojo)
(ver espodumeno)
Forma natural del óxido de hierro contenido en las arcillas no blancas. Al adicionarlo a los esmaltes en proporciones del 3-8% se obtiene tonalidades amarillas o marrones.
Por lo general, el óxido de hierro actúa como fundente y adiciones de pequeñas cantidades de él a los esmaltes los hacen notablemente más fluidos.
Fe3O4
Con adiciones de él en la calidad de grano grueso, a los esmaltes en cantidades del 1 al 5% se obtienen cubiertas moteadas. En esmaltes de mayólica da lugar a tonos amarillos pardos.
Los tonos negros en la cerámica griega se obtenían con un engobe que lo contenía.
FeO
Contiene mayor proporción de metal que el óxido de hierro rojo. Con adiciones de 4-8% a los esmaltes da lugar a tonos marrones oscuros.
Fe2O3
Forma impura de óxido de hierro. A menudo produce motas en los esmaltes o pastas donde se adiciona.
En los productos de tierra cocida, el color rojizo es debido a la presencia de óxido de hierro junto con óxido de titanio, y puede ser aclarado por adición de óxido de calcio o bien óxido de magnesio.
Fe2O3
Este material existe en forma natural, aunque el más utilizado es el sintético. Es la forma más conocida de óxido de hierro, con el cual se obtienen coloraciones desde miel a marrón oscuro por adiciones del 2 al 10%. Es un producto sintético (el utilizado en cerámica)
FeCr2O4; Pm = 171,85
Se utiliza para la fabricación de colores marrones bajo esmalte, especialmente con MnO o ZnO; no debe ser utilizado a temperaturas que superen los 900°C. También se obtienen negros bajo cubierta junto con el CoO, y forma un buen colorante negro mediante la adición de arcilla. Es un componente muy utilizado en la composición de engobes coloreados.